7.8.13

...a veces soy chileno y con deseos que no sé si son chilenos...


(Pepe Mujica, Presidente do Uruguai)

Texto de Luis Sepúlveda, divulgado hoje no Facebook

«Muy pronto habrá elecciones en Chile y muchas compatriotas y muchos paisanos quieren saber mi opinión, no tanto para conocer con quién estoy sino contra quien estoy. Una sola vez en mi vida estuve a favor de un hombre, de un candidato, de un compañero, de alguien que con su ejemplo, su valor e inteligencia hizo que estuviera a favor de él con toda el alma, las tripas y lo que hiciera falta. Ese hombre era Salvador Allende, y no está, y no hay otro hombre o mujer con sus mismos valores, con su entrega y su claridad de ser humano y de estadista. Así que no estoy con nadie, en contra de muchos sí estoy, pero no a favor de nadie.

Con todo el corazón, las tripas, el esfuerzo y lo que hiciera falta estaría a favor de alguien, mujer u hombre que dijera:

"En mi país yo camino por la calle, voy a comer en cualquier lado sin parafernalia de los hombres de Estado. No quiere decir que no tenga rosarios y puede que también algún enemigo, pero al fin y al cabo morir te vas a morir y no hay que vivir temblándole a todo. Al fin y al cabo la vida ha sido muy generosa conmigo. Soy un luchador social lo he sido toda mi vida, ahora estoy en esta changuita de presidente que nunca pensé, pero el juego de la vida se dio así. Pertenezco a una generación que quiso cambiar el mundo, fui aplastado, derrotado, pulverizado, pero sigo soñando que vale la pena luchar para que la gente pueda vivir un poco mejor y con un mayor sentido de igualdad, El hombre tiene recursos para crear un mundo mejor, mucho más rico en cultura y conocimiento".

Pero lamentablemente para los chilenos, para nosotros, Pepe Mujica es uruguayo y está bastante ocupado arreglando asuntos en la República Oriental del Uruguay.

Deseo para Chile un presidente, hombre, mujer, gay, negro, mapuche, rubio, como sea, que se atreva a donar el 90% de su salario y no por caridad, sino porque los fines de semana cultiva una chacra que le da lo necesario para sus caprichos gastronómicos que no reclaman caviar ni langosta sino las cosas nobles que crecen a fuerza de sol, de agua y voluntad humana, y porque sus hábitos de vida están muy lejos del consumo como idea central del ser. Y hay que venir de una cultura muy sólida para pensar así. De la cultura de la lucha junto a los compañeros, de la cultura de los años de cana junto a los compañeros, de la clandesta junto a los compañeros, del valor y del miedo compartido con los compañeros, del amor grande y luminoso de los compañeros.»

Me gustaría para Chile un presidente flaco, gordo, petiso, largirucho, turnio o con vista de lince, que llegara a La Moneda en el mismo cacharro que compró alguna vez porque necesitaba tener un auto, y se encariñó con él, y no le importó que no tuviera air bags, ni que chirriara, que no fuera descapotable o blindado. Lo que importaba era que el cacharro avanzaba, iba hacia adelante o hacia atrás, según la necesidad del momento. Me gustaría un presidente que tuviera una perra de tres patas, o un gato con todas las patas, o una gallina con apenas dos, sin hablar de razas ni pedigrées, un bichito no más para ejercitar otra clase de cariño. Me gustaría un presidente que alguna vez hubiera ido a comer a un boliche proleta, y no para hacerse una foto, sino como cliente fijo, parte del inventario que suma mesas cojas y sillas desiguales, y que una vez en el cargo de mandatario, fuera al mismo boliche y esperara, como todos, a que se libere una mesa , a que cambien el mantel de papel y recojan las migas, y bebiendo el vino de la casa pregunte por el menú del día.

Me gustaría para Chile un presidente como el Pepe Mujica, dotado de los atributos morales que nacen de la lucha diaria, de la inteligencia que genera la humildad, de la audacia de los que tienen vidas sobrias. De un hombre o mujer que, una vez finalizado su mandato tenga menos que cuando lo empezó, que no se vaya del palacio de gobierno a servir consorcios de explotadores como consejero, sino de regreso a su chacra, a separar los yuyos de las hortalizas, a compartir un mate bien hablado con los muchachos que serán los dirigentes de mañana.

Un hombre, una mujer así me gustaría para la presidencia chilena, y como no hay nadie que encarne esos valores, no estoy con nadie, y juro que me gustaría volver a estar a favor de alguien.»

(Via Cristina Gomes da Silva)
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