... e passa-se, hoje, aqui mesmo ao lado.
La larga marcha de la dignidad
Mañana comienza la larga marcha hacia la dignidad. Se gestó hace apenas dos semanas en pequeños afluentes que mañana desembocan en Madrid. Sea cual sea su caudal, la larga marcha comienza en la conciencia de los españoles en busca de su dignidad masacrada. Ya no hay retroceso posible, aunque se produzcan desfallecimientos y deserciones. Ahora sí que se puede afirmar que la mecha queda encendida. La mayoría silenciosa se ha dado la vuelta. Esta marcha de mañana es el Punto Cero. A partir de mañana, la palabra dignidad será la seña y contraseña. Ser o no ser dignos, he ahí la cuestión del existir español. No serán paso en falso, proyectos vanos. La dignidad remozará España y la limpiará de tanto como la han ensuciado y violado. 22 de marzo de 2014, España inició la reconquista de la decencia, dirán las crónicas dentro de varios siglos. Sin caudillos ni salvadores que no sean el propio pueblo. Fue el principio de la realidad del deseo. Desde mañana los españoles de bien sentiremos y nos miraremos de otra forma. Sabremos que somos cómplices, todos seremos colaboradores necesarios. Mañana comenzaremos a doblarle el pulso a los usurpadores. El miedo desaparecerá de las calles y casas de España. Y que no se pongan chulos porque ya somos más. Queremos la paz, pero no nos obliguen a la guerra. Tropezaremos y nos levantaremos, esto no hay quien lo pare. El silencio ya no será sordo. Habrán hecho el ridículo con sus miles de antidisturbios, con sus leyes represoras, con sus brutales austeridades. A España ya la gobierna el pueblo, las injusticias han caducado. De modo que ojito, ojito. El pueblo comienza a estar contento, España es una fiesta, la dignidad ha florecido. No nos mofemos, no la escupamos, no la desaprovechemos. Solo así seremos personas, basta ya de excusas y lamentos, la larga marcha nos hará de hierro, reordenaremos el mundo, querer es poder, el que se quiera apuntar que se apunte, las puertas están abiertas, el camino de la esperanza comienza mañana, España dejará de ser un país sórdido y abyecto por lo mucho que unos indignos depredadores la han humillado. El monte era orégano y no lo sabíamos. Esta marcha tiene la suficiente entidad para hacerse duradera en su espíritu. Ése será su gran éxito. Esa semilla no va a caer, no puede caer, en barbecho. Con, de, en, sin, sobre, tras, la marcha de la dignidad y la propia estima ha comenzado. La Historia del progreso del mundo es la historia de sus largas marchas, y la nuestra desde mañana no va ser menos.
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